lunes, 3 de octubre de 2011

Reagrupamiento de los españoles y abastecimiento de Cortés



Los sobrevivientes españoles pasaron tres días en Hueyotlipan donde fueron auxiliados por los tlaxcaltecas. Poco después Cortés y Maxixcatzin se reunieron en Tlaxcala para refrendar su alianza. Durante veinte días los conquistadores descansaron, atendieron a los heridos y se reorganizaron.
Poco antes a la última incursión a Tenochtitlan habían sido atacadas dos comitivas españolas. El primer ataque causó poco más de veinte bajas, algunos hombres de Narváez habían sido arrestados por las fuerzas de Cortés y eran conducidos al valle de México. Los prisioneros nunca llegaron a su destino pues fueron sorprendidos por guerreros mexicas en Quecholac. El segundo ataque causó cuarenta y cinco bajas españolas y doscientas bajas tlaxcaltecas cuando una excursión al mando de Juan de Alcántara fue aniquilada en Calpulalpan.
Cortés decidió entonces emprender una campaña militar para castigar a la región, no sólo para recuperar el honor y el ánimo de sus hombres, sino también para cortar la vía de suministros que recibía la ciudad de Tenochtitlan desde la costa oriental. En base al discurso de Moctezuma, el caudillo español consideró que todos los mexicas y tributarios eran oficialmente vasallos de Carlos I y que cualquier acción adversa, por tal motivo, debía ser considerada como acto de rebeldía. La lectura del requerimiento fue un procedimiento habitual para justificar legalmente los actos punitivos de la nueva campaña.
Los tlaxcaltecas aportaron dos mil guerreros al mando de Tianquizlatoatzin, quien guio a Cortés a las zonas deZacatepecAcatzingo y Tepeaca. El teuctli local se rindió el 4 de septiembre de 1520. Los prisioneros fueron esclavizados y se les marcó con hierro candente en la mejilla una «G» de «guerra». Muchos guerreros tepeacas fueron sacrificados por los tlaxcaltecas sin ninguna reclamación por parte de Cortés, quien toleró en repetidas ocasiones las acciones que sus aliados llevaban a cabo a pesar de que éstas eran las mismas que tanto criticó de sus enemigos.
El caudillo español fundó la villa de Segura de la Frontera y desde el nuevo emplazamiento dirigió ataques a las localidades de QuecholacHuaquechulaItzocanTecamachalcoZapotitlánIzúcar y Chiautla. Varios pueblos de la zona, entre ellos Huejotzingo y Cuetlaxtlan, prefirieron no oponer resistencia y aceptaron la alianza con las fuerzas españolas, pero otros como Tecamachalco y Acaptelahuacan fueron casi exterminados. El 30 de octubre, en Segura de la Frontera, Cortés redactó la segunda carta de relación, en la cual describió los últimos acontecimientos sin dar gran importancia al revés de Tenochtitlan. Alonso de Mendoza y Diego de Ordás fueron los responsables de llevar la misiva, pero zarparon con destino a la península ibérica hasta marzo de 1521:
«...y por no dar cuenta de todas las particularidades que nos acaecieron en esta guerra, que sería prolijidad, no diré sino que, después de hechos los requerimientos para que viniesen a obedecer los mandamientos que de parte de vuestra majestad se les hacían acerca de la paz, no los quisieron cumplir y les hicimos la guerra y pelearon muchas veces con nosotros y con la ayuda de Dios y de la real ventura de vuestra alteza siempre les desbaratamos y matamos muchos, sin que en toda la dicha guerra me matasen ni hiriesen ni un español..en obra de veinte días hube pacíficas muchas villas y poblaciones a ella sujetas y los señores y principales de ellas han venido a ofrecerse y dar por vasallos de vuestra majestad...»
El jefe de carpinteros, Martín López, fue enviado por Cortés a Tlaxcala. Su misión era cortar y preparar madera para construir trece bergantines, los cuales serían utilizados en el asalto anfibio a Tenochtitlan. Cuando López llegó a Tlaxcala, se enteró que Maxixcatzin había muerto víctima de la viruela pero pudo obtener sin problema la ayuda deXicohténcatl Huehue.
Alonso de Ávila y Francisco Álvarez Chico viajaron a Santo Domingo en busca de caballos, ballestaspólvora,arcabuces y cañones. Por otra parte, Francisco de Solís viajó a Jamaica en una misión similar. Los gastos fueron financiados con el poco oro rescatado de Tenochtitlan y del almacenado previamente en Tlaxcala.
En esos días llegaron diferentes embarcaciones: una de ellas procedente de Cuba comandada por Pedro Barba, quien llevaba una carta de Velázquez dirigida a Narváez. El capitán de la nave y la tripulación decidieron unirse a Cortés. Lo mismo sucedió con una embarcación capitaneada por Rodrigo Morejón. Desde Castilla, Juan de Burgos llegó al mando de una embarcación que hizo escala en las islas Canarias; paralelamente, desde Sevilla llegó Juan de Salamanca, quien hizo escala en Santo Domingo.
En la zona del río Pánuco una expedición dirigida por Diego de Camargo bajo órdenes del gobernador de Jamaica,Francisco de Garay, había sido derrotada por los nativos huastecos. Para colmo, durante el escape una de las embarcaciones naufragó. Los sesenta sobrevivientes y Camargo se unieron a Cortés. El gobernador de Jamaica envió embarcaciones de apoyo, cincuenta hombres al mando de Miguel Díez de Aux y cuarenta hombres al mando de Francisco Ramírez «el Viejo». Estos capitanes, al evaluar la situación, también decidieron unirse a las fuerzas de Cortés.
Con el objetivo de controlar la totalidad de la ruta hacia la costa oriental, Gonzalo de Sandoval fue designado para efectuar una nueva campaña en Zautla y Xalacingo. Con tan sólo ocho bajas españolas, los pueblos fueron sometidos y al igual que en Tepeaca, los prisioneros fueron esclavizados y herrados.

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